Esta es la tercera entrega de nuestra serie sobre S.T.A.R.T.S.S. Esta excepcional metodología para la toma de decisiones le brinda un marco de referencia para seleccionar la mejor entrada de seguridad y el mejor proveedor. Haga clic en este enlace para leer la introducción a la serie sobre S.T.A.R.T.S.S.
Hoy hablaremos del flujo de usuarios
Los directivos de las compañías aprueban las entradas de seguridad porque son una forma efectiva de gestionar los riesgos, garantizar la seguridad, proteger los activos físicos e informáticos y prevenir problemas de responsabilidad civil. Depende de usted tomar una decisión acertada sobre el tipo de entrada de seguridad que debe elegir, instalar y mantener para garantizar un retorno sobre la inversión. No obstante, una vez hecha la selección, usted tiene otra decisión que podría significar el éxito o el fracaso de su proyecto: ¿cuál es el número adecuado de entradas que necesita para atender el número de personas que circulan por sus instalaciones? y ¿cómo calcular este número?
Uno de los mayores errores que pueden cometer los profesionales de la seguridad es no instalar suficientes entradas para satisfacer las necesidades de flujo de usuarios, es decir la cantidad de personas que entran y salen de su edificio. El flujo de personas afecta directa y diariamente a los usuarios, por lo que es fundamental hacer un cálculo preciso.
Para calcular el flujo de usuarios, debe tener en cuenta el nivel actual y el nivel máximo de ocupación del edificio, los flujos de trabajo de los empleados, las áreas de los ascensores y las prestaciones del área de espera. La dirección de la circulación de un torniquete o una puerta instalada puede cambiar en el transcurso de un día normal de trabajo. Por ejemplo, durante las horas pico de la mañana, debe haber más carriles para el ingreso al edificio abiertos, y durante las horas pico de la tarde debe ser al contrario. Además, debe considerar, entre otros factores, si necesita circulación unidireccional, o en ambos sentidos, y en qué punto se habilitará el acceso para discapacitados o personas que transportan objetos grandes.
Luego, deberá tener en cuenta los números de circulación declarados por el fabricante para los tipos de torniquetes o puertas de seguridad que usted está considerando instalar. Por lo general, esto se expresa en un rango de usuarios por minuto; por ejemplo, de 25 a 30 personas por minuto. Si un fabricante publica números superiores a 35 personas por minuto, pregúntele cómo se calcularon esos números, ya que la mayoría de los usuarios suelen tardar de 2 a 3 segundos en deslizar una credencial o presentar su identificación en un dispositivo biométrico y avanzar. Pregunte si una determinada entrada de seguridad permite el ingreso consecutivo de varias personas sin tener que esperar a que las barreras del torniquete se cierren y se vuelvan a abrir. Esto puede ahorrar bastante tiempo durante las horas de mayor congestión de la mañana.
Si tiene un edificio abarrotado de personas, está de suerte, porque de esa manera habrá menos espacio para las conjeturas. Simplemente cuente —¡manualmente!— la cantidad de personas que entran y salen durante el período más congestionado del día. No se fíe de los datos que arroja el sistema de control de acceso, los cuales pueden pasar por alto a las personas que ingresan sin autorización siguiendo de cerca a otros usuarios autorizados.
Luego, durante las horas más concurridas del almuerzo, cuente la cantidad de personas que entran y salen por la entrada. Necesitará este número cuando evalúe si debe adquirir entradas bidireccionales (tráfico en ambos sentidos). La mayoría de los torniquetes requieren que las personas esperen y pasen por turnos (la gente tiende a reducir la velocidad en esta situación), mientras que una puerta giratoria de seguridad puede aceptar dos flujos simultáneamente. Una vez que tenga el conteo, asegúrese de analizar los números con su asesor de seguridad o fabricante de entradas. También es prudente no instalar solo una entrada en una determinada ubicación, ya que se pueden presentar inconvenientes en el futuro cuando sea necesario realizar mantenimiento y, por lo tanto, detener su funcionamiento.
Si calcula mal el flujo de usuarios, puede provocar aglomeraciones durante los períodos de mayor congestión, lo cual puede generar quejas y socavar su credibilidad. Si instala demasiados torniquetes, desperdicia recursos financieros y espacio. Y, si por el contrario, se instala un número insuficiente de carriles, puede generar pérdida de tiempo, disminución de la productividad y usuarios exasperados que se quejan ante usted o los directivos de la compañía.
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